martes, 9 de diciembre de 2014

El canal de Nicaragua y el nuevo mundo multipolar






El progresivo declive de EE.UU. en su papel de “hegemón” internacional ha provocado la emergencia de otros actores con gran relevancia a nivel global: Rusia, China, Brasil e India, por un lado, y el conjunto de países de América Latina por otro, quienes han conformado un nuevo escenario multipolar. La crisis económica en Europa también fue propicia para posibilitar este escenario internacional que describimos, mostrando los límites de modelos de integración como la Unión Europea, y de modelos económicos con fuertes componentes librecambistas. En ese contexto, en Nicaragua se plantea nuevamente la posibilidad de desarrollar un paso interocéanico, que conecte el Mar Caribe con el Océano Pacífico y Atlántico, sin la tutela de Washington. ¿Qué oportunidades y peligros presenta esta idea, donde participarían empresarios chinos y probablemente rusos, amparados por ambos gobiernos? ¿Cómo impactará en las economías latinoamericanas?

El proyecto del Canal de Nicaragua es, sin dudas, un proyecto muy ambicioso: con una construcción que se estima en unos 40.000 a 50.000 millones de dólares, conectaría al Mar Caribe con el Océano Atlántico y el Pacífico, comenzando sus obras a principios de 2015. Hay que decir que este no es un proyecto nuevo, ni mucho menos: hace siglos que se ha buscado una conexión en la zona, e incluso el Canal de Nicaragua ya se aparecía como idea antes de la construcción del propio Canal de Panamá, que data de 1914 y nace con una hegemonía absoluta de parte de EE.UU.

Una de las diferencias importantes con el Canal de Panamá, en las proyecciones conocidas hasta el momento, es que el nicaragüense podría ser además utilizado por barcos de gran calado. Sería, por consiguiente, un canal más ancho y más profundo que el de Panamá, que además se ha caracterizado en los últimos tiempos por cierta “lentitud” en las obras de remodelación, con la consiguiente falta de adecuación para el paso de nuevas embarcaciones.

¿Cómo puede impactar este multimillonario despliegue chino en Nicaragua? China parece pretender otro tipo de relación con el continente a la estadounidense –más allá de valoraciones comerciales muy positivas, claro, para el país asiático, que no hay que dejar de mencionar-. Un primer punto de crucial diferencia, hasta el momento: el no pretender construir bases militares en nuestro continente, como sí ha hecho Washington en Colombia y Perú, por ejemplo. Al respecto de este tema parece posible descartar la hipótesis de que esto pueda ser el inicio de una futura “militarización de América Latina por parte de China”, tal como han afirmado como posibilidad algunos analistas -visto y considerando el despliegue norteamericano en la región desde 1914, como subproducto de la construcción del Canal de Panamá-. La historia reciente no demuestra esa tesis en lo respectivo a la relación del “gigante asiático” con nuestro continente: la diplomacia china parece más cercana a la idea de “cooperación sur-sur” que a la injerencia en la política interna de los países del continente.

Dicho esto, nos preguntamos ¿Podrían estas obras ampliar las tensiones entre China y EEUU? Sin dudas Washington está tomando nota de los veloces movimientos de Beijing, y de la audacia comercial que parece mostrar en América Latina, con acuerdos comerciales y políticos en diversos países del otrora “patio trasero” norteamericano. Los datos son elocuentes: el PBI chino es el segundo a escala mundial desde 2011, y el país ha mostrado altas tasas de crecimiento en los últimos años, lo que le otorga al gigante asiático liquidez para invertir en otros lugares del mundo. El reciente viaje de Obama a Filipinas, con la consiguiente firma de un acuerdo de cooperación en el marco de defensa por el plazo de 10 años, parece ser una medida defensiva de EEUU, buscando aumentar su influencia en la región de Asia-Pacífico.

Para Nicaragua seguramente el proyecto traiga beneficios en el corto y mediano plazo, a medida que la obra vaya avanzando. En primer lugar, crearía miles de puestos de empleo por la magnitud de la construcción de una obra tan grande en extensión, con cerca de 500 km de largo. Algunos analistas han estimado que las obras del canal podrían llevar a un crecimiento del 10% anual en la economía nicaragüense. A su vez, para el ALBA-PetroCaribe, como organismos similares de integración regional, no sería menor que uno de sus socios miembros tenga dominio de un canal de tal importancia. Venezuela, por ejemplo, se vería beneficiada para exportar más fácilmente petróleo a China, que es el segundo comprador del mercado de hidrocarburos venezolano –el primero sigue siendo EE.UU.-.

En conclusión: el proyecto, para América Latina, podría significar la posibilidad de tener un canal con autonomía total respecto a Washington. En esto hay otra diferencia clara con su “antecesor”: si bien el Canal de Panamá fue cedido formalmente a su país, luego de 80 años de dominio estadounidense, Washington detenta la posibilidad, por ley, de intervenir militarmente la zona si ve peligrar sus intereses. Que esta cláusula no exista en Nicaragua es una salvaguarda para el continente, visto y considerando el “prontuario” que sobre el tema ostenta Washington en la región.

Por: Juan Manuel Karg, 
Licenciado en Ciencia Política de la UBA 
Investigador del Centro Cultural de la Cooperación de Buenos Aires - Blog RT

domingo, 14 de septiembre de 2014

Las maras ya en toda CentroAmerica


El virus Chikungunya en Centroamerica



Los países centroamericanos comenzaron a tomar medidas ante el inevitable avance de la chikungunya, una enfermedad viral nueva en la región y difícil de detectar por causar síntomas parecidos al dengue y que en El Salvador ha afectado a más de 1.200 personas.

En Centroamérica además de El Salvador, el ministerio de salud panameño confirmó dos casos.

"Estamos ante una nueva enfermedad en el país, pero ya estamos actuando para afrontarla", afirmó la ministra salvadoreña de Salud, Violeta Menjívar, que dijo que no se ha establecido cómo ni cuándo ingresó la enfermedad al país.

A finales de mayo pasado especialistas del Ministerio de Salud (MINSAL) detectaron los primeros 181 casos de la enfermedad en el llamado Cantón El Zapote Abajo, en la ciudad de Ayutuxtepeque, periferia norte de San Salvador.

Menjívar afirmó que una parte de las pruebas clínicas que han dado positivo a la enfermedad y que han sido efectuadas por laboratorios del MINSAL, fueron enviadas recientemente al Centro de Control de Enfermedades en Atlanta, Estados Unidos, para que "ratifique por protocolo clínico" el diagnóstico de ese mal.










La aparición de chikungunya en El Salvador y Panamá ha hecho que las luces de alarma sanitaria se prendan en el resto de países de la región, que toman medidas para detectar el ingreso de personas portadoras del virus.

El epidemiólogo del MINSAL, Elmer Melara, advirtió que la estación de lluvias, que abrió en mayo pasado, no es una buena aliada en los esfuerzos de combate contra la chikungunya, ni contra el dengue, pues es en esta época en que prolifera más el mosquito transmisor.

En Costa Rica las autoridades saben que no podrán evitar su ingreso y han reforzado los controles en las fronteras.

"No podemos evitar que el virus de chikungunya llegue, el mal va a entrar a Costa Rica. No es posible ponerle un cedazo a todo el país, hay muchos viajes entre Costa Rica y el Caribe", indicó el médico Roberto Castro de la unidad de Vigilancia del ministerio de Salud.

Ese temor se replica en Nicaragua, donde el director de Epidemiología, Carlos Sáenz, dijo que la chikungunya es un mal que toda la población puede adquirir y tomó como ejemplo los países del Caribe en los que, afirmó, se registran 166.000 casos sospechosos, de los cuales 70.000 en República Dominicana, donde al menos 10.000 fueron confirmados.

En Guatemala el ministerio de Salud declaró una alerta preventiva ante el potencial ingreso de la chikungunya pues su vecino El Salvador reporta la mayoría de casos en el istmo.

Gustavo Barillas, portavoz del ministerio guatemalteco, dijo que en ese país no se ha registrado ningún caso de la enfermedad, pero se analizan varios casos que dieron negativo a pruebas de laboratorio por dengue y que ahora se estudia si padecen chikungunya.

En Honduras el jefe de Vigilancia Epidemiológica del ministerio de Salud, Bredy Lara, aseguró que se capacita al personal médico para que conozcan la enfermedad y puedan tratar a los eventuales enfermos.

En El Salvador, Protección Civil declaró el miércoles una alerta amarilla en siete municipios afectados por el mal: Ayutuxtepeque, Mejicanos, Cuscatancingo, Apopa, Nejapa y San Salvador, todos ubicados en el departamento de San Salvador, así como en San Ildefonso, 56 km al este de la capital.

En esos lugares se fumiga para eliminar al mosquito transmisor y se mantiene una vigilancia médica constante, sobre todo en personas que presentan fiebre, dolor de cabeza y articulaciones y una especie de alergia en la piel.

Fácil propagación 

La chikungunya fue identificada por primera vez en Tanzania hace 60 años y en África es endémica. También se extendió a Asia, al sur de Europa (con un brote en 2007 en Italia y otro en el sur de Francia en 2010) y llegó al Caribe en 2013, con casos en Martinica y San Martín.

El asesor de la oficina de Vigilancia para la Salud de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en San Salvador, Miguel Aragón, aseguró que la chikungunya se propaga fácilmente ante la alta proliferación de su vector: el mosquito 'aedes aegypti', el mismo del dengue.

"Es una enfermedad que tiene una velocidad de propagación muy rápida", señaló Aragón.

El especialista de la OPS también dijo que otro factor que permite la propagación de la enfermedad en la región es que la población no tiene ninguna inmunidad ante ella pues nunca antes se había registrado su presencia.

fuente: el-nacional.com